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miércoles, 2 de junio de 2010

Trenes a Uyuni reviven en muestra fotográfica

Con la exhibición de 30 fotografías, Tito Ponce López y Henry Ponce Barco (padre e hijo respectivamente), reviven desde ayer la tradición de los trenes que desde La Paz viajaban hasta Uyuni, en una muestra denominada “Recuerdos de Acero”.
La sala Antonio Gonzales Bravo de la Casa de la Cultura, enseña estas obras del 1 al 11 de junio.
Los fotógrafos se inspiraron en la tierra que los vio nacer para presentar una serie de imágenes de una de las actividades más importantes que propiciaron el crecimiento de la ciudad de Uyuni: su ferrocarril. viejas locomotoras, hoy estacionadas en el Cementerio de Trenes o más conocido como “Patio Sur”, son contrastadas en cuadros con una explanada que al horizonte se une con el cielo.
CONTENIDO DE LA MUESTRA
La colección enlaza retratos de trenes con andenes, calles y el reloj de la plaza principal de esa bella ciudad cercana al Salar del mismo nombre. La exposición refleja la primera vía o carretera de hierro que fue construida desde Antofagasta hasta Ascotan en 1888, luego desde la estación de Ascotan frontera con Bolivia hasta Uyuni. Desde esa época estos gigantes de fierro trasladaron grandes cantidades de plata de la empresa minera Huanchaca para aportar al crecimiento del país.
Estos mismos trenes un día trasladaron a nuestros soldados para defender la heredad nacional en 1932 durante la Guerra del Chaco. Fue en esa misma época que las mujeres prestaban su valiosa contribución a nuestra milicia y después a los heridos cuando este medio de transporte llegaba a la estación de Uyuni, por lo que esta ciudad recibió el título de “Hija Predilecta de Bolivia”.
MAESTRANZA
Junto al ferrocarril nació la primera maestranza de Bolivia, considerada como una de las más grandes de Sudamérica junto a su andén hecho a base de piedra cortada y columnas de hierro.
Su estructura imponente se asemeja al tinglado de la Aduana Nacional diseñada por Alexandre Gustav Eiffel y construida por Miguel Nogué. Edificaciones grandiosas retratadas cuentan del pasado memorable de uno de los principales medios de transporte del país.
“La muestra es un testimonio de gratitud que encierra muchos recuerdos cuando el sol todavía no asoma por las pampas heladas. Se escucha el pitido de la locomotora que al ingresar a la ciudad por el camino de hierro, rompe el silencio de sus calles anchas que acogen a los hombres nobles de corazones ardientes”, relata Henry Ponce Barco.

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