Al menos 32 personas murieron y un centenar resultaron heridas al descarrilar un tren de alta velocidad en la provincia oriental china de Zhejiang, informó ayer la agencia oficial Xinhua.
El convoy, que cubría el trayecto entre las ciudades de Hangzhou y Fuzhou (capitales de las provincias de Zhejiang y Fuzhou, respectivamente), descarriló a la altura de la localidad de Wenzhou cuando pasaba por un puente, del que cayeron dos vagones por un precipicio de unos 30 metros.
Según responsables ferroviarios, el tren antes fue alcanzado por un rayo, lo que detuvo su funcionamiento, y a continuación otro que circulaba tras él chocó en su parte posterior, causando el descarrilamiento.
El accidente se produce en un momento de fuertes dudas sobre el desarrollo ferroviario de alta velocidad en China, después de que la mayor línea del mundo de este tipo, entre Pekín y Shanghai, se inaugurara el pasado 1 de julio.
En apenas tres semanas, esta línea ha tenido tres averías y medio centenar de atrasos, además de reducir frecuencias a causa de la escasez de viajeros, a lo que se añade el hecho de que el Ministerio de Ferrocarriles chino ha admitido un fuerte endeudamiento por estos proyectos de alta velocidad.
Sin embargo, Pekín sigue decidido a desarrollar la mayor red de alta velocidad del mundo.
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