martes, 27 de diciembre de 2011

En tren por la India, una gran experiencia

La red ferroviaria de la India es gigantesca. Sus trenes, muchas veces atestados, constituyen el principal medio de comunicación en un país con más de mil millones de habitantes.

Además de los desplazamientos cotidianos por causas laborales, la cultura de la nación exige que millones de personas que viven lejos de sus parientes realicen viajes frecuentes.

Todos los días, un promedio de más de 8.350 trenes de pasajeros recorren 80.000 kilómetros con 12,5 millones de usuarios, y los trenes de mercancías transportan más de 1,3 millones de toneladas de carga. En conjunto, abarcan tres veces y media la distancia que nos separa de la Luna.

Estamos hablando de 6.867 estaciones, 7.500 locomotoras, más de 280 mil vagones de pasajeros y de carga, y un tendido de 107.969 kilómetros. Se entiende, pues, que los ferrocarriles de la India den trabajo a 1,6 millones de personas, la mayor plantilla de todo el mundo. Sin duda, una compañía gigantesca.

A mediados del siglo XIX, las malas cosechas norteamericanas de 1846, seguidas por la guerra de Secesión (1861-1865), crearon la imperiosa necesidad de proveedores alternativos.

La India fue la solución pero para eso se necesitaban trenes. En 1853 se realizó el primer viaje en ferrocarril, de sólo 34 kilómetros.

Para 1900, los ferrocarriles indios eran los quintos del mundo en extensión. Las locomotoras y los vagones ya no eran importados, sino de producción local.

Había máquinas mastodónticas: locomotoras de hasta 230 toneladas, motores eléctricos de 6.000 caballos de fuerza e incluso un motor diésel de 123 toneladas y 3.100 caballos. Luego se introdujo el primer tren de dos pisos de todo el mundo. La India presume de tener el mayor andén ferroviario del planeta, el de Kharagpur, con 833 metros.

Se ha dicho que “ningún plan de unificación ha logrado cohesionar tanto a la India como el tren”.

La idea de llegar con prontitud a dichos lugares espoleó la construcción de ferrocarriles de montaña por los que circulaban “trenes de juguete”. Los viajes se hicieron más rápidos, en comparación con los desplazamientos a caballo o en palanquín. Por ejemplo, el “tren de juguete” del sur de la India conduce a los montes Nilagiri, o montes Azules.

Si lo desea el lector, puede subirse a un tren en Jammu, en las estribaciones del Himalaya, y bajarse en Kanyakumari, en el extremo sur. Para entonces habrá recorrido 3.751 kilómetros a través de 12 estados y habrá pasado 66 horas en el tren. Si duerme en litera, el pasaje no le habrá costado ni 15 dólares. Además, habrá tenido la oportunidad de conocer a personas amigables y comunicativas de muchas culturas, y habrá visto gran parte de este fascinante país. Así que, haga su reserva y ¡buen viaje!

El atestado metro de Bombay
La red suburbana de Bombay, la ciudad más populosa de la India, con 20 millones de habitantes, transporta a millones de viajeros y siempre está atestada.


En el metro subterráneo de Calcuta llegan a viajar 1,7 millones de pasajeros diarios.


Chennai (antes Madrás), por su parte, posee el primer tren elevado del país. Entre las últimas novedades figuran las reservas vía internet.


En muchas regiones de la India existe una sanidad deficiente (Dentistas callejeros) y una seguridad laboral ineficaz. El gentío de la India se nota en el tráfico que resulta ser espeluznante.


El tren ligero, inaugurado el 5 de enero de 1928, es un medio de transporte más rápido. Los trenes van habitualmente llenos de pasajeros incluso fuera de las horas punta. Los servicios se suceden con una frecuencia de escasos minutos y paran en varias decenas de estaciones pequeñas. El servicio del ferrocarril ligero es esencial para el funcionamiento de la ciudad, ya que a través de éste millones de personas se desplazan diariamente entre sus hogares y sus lugares de trabajo.

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