jueves, 23 de febrero de 2012

¿Por qué no paró el tren en Once?

Alguno de los funcionarios del Gobierno argentino tenía que pronunciarse sobre la catástrofe ferroviaria que ha conmocionado al país, y la ingrata tarea recayó sobre Pablo Schiavi. En un encuentro con la prensa, el ministro de Transporte indicó que en las próximas horas, los expertos revisarán la "caja negra" del tren accidentado para determinar si el conductor informó de alguna avería a la central de mando del Ferrocarril Sarmiento. "Hay suficiente material de investigación como para esclarecer en pocos días, cuáles fueron las causas de la tragedia. A primera vista parece que hubo un fallo mecánico pero no se descarta un error humano", declaró el ministro.

A la misma hora en que Schiavi hablaba a la prensa, un centenar de personas se había concentrado fuera y dentro de la estación, para protestar por el mal estado de los trenes en Argentina. "En vez de gastar plata (dinero) en subsidios para los que no trabajan, que inviertan en los que ponen el hombro y la vida", expresó uno de los manifestantes, aludiendo a los planes de desempleo que impulsa Cristina Kirchner.

Habían transcurrido once horas desde que se produjo el tercer accidente ferroviario más grave en la historia del país, y la presidenta aún mantenía silencio. "Es extraño que una gobernante que dice representar a los más humildes, no haya visitado los hospitales y ni siquiera haya dicho una palabra de aliento. Su silencio tendrá un coste político", ha afirmado Juan Fuentealba, columnista del diario ´El Tribuno´.

Pablo Schiavi, quien tuvo que poner la cara, reconoció que el tren llevaba un exceso de pasajeros, lo que en parte explica el elevado número de víctimas que dejó el siniestro. "A la hora de salida del tren (cerca de las 8 de la mañana) son muchos los que viajan a sus trabajos a la capital. Se calcula que iban más de 1.500 personas, lo que excede la capacidad del convoy", dijo el funcionario.

Venía frenando

En base a los testimonios de los viajeros, Schiavi determinó que en las etapas del recorrido no se registró nada inusual y que si hubo un desperfecto en los frenos, éste habría ocurrido dos o tres paradas antes del destino final: la estación de Once.

"A mil metros de donde ocurrió el accidente, el tren pasó de 47 a 39 kilómetros por hora, con lo cual venía frenando. A 300 metros de los parachoques ya estaba a 27 kilómetros por hora y entra a la punta del andén a 26 kilómetros por hora. A 40 metros de los parachoques estaba a 20 kilómetros por hora", ha precisado Schiavi. Sin embargo, la "incógnita" para el ministro está en el hecho de que el "tren paró 14 veces y la última vez no paró".

El ministro explicó que la mayoría de los pasajeros viajaban en los primeros vagones. "La gente tiene prisa por llegar a la salida de la estación para tomar el colectivo (bus) o ir caminando a sus lugares de trabajo. Ese fue otro de los factores que explican las dimensiones de la tragedia. Si el accidente hubiera ocurrido durante el feriado (que concluyó el martes) no hablaríamos de decenas de muertos y centenares de herido", manifestó Schiavi.

En cuanto al conductor, el ministro informó de que la ficha de Antonio Córdoba, de 39 años, no registra observaciones por exceso de velocidad. Córdoba fue rescatado de la cabina, media horas después del accidente y se encuentra en terapia intensiva.



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