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jueves, 25 de junio de 2009

Metros

Mientras que la seguridad ferroviaria depende de la jurisdicción de las administraciones nacionales, que promulgan normas y formulan políticas relativas a la regulació n y la aplicación de medidas de seguridad, los metros suelen ser gestionados por las administraciones locales, que, en esencia, son autó nomas.
Los billetes de metro no suelen cubrir los costes de explotación y, mediante la concesió n de subvenciones, permanecen a ciertos niveles para mantener un servicio de transporte pú blico al alcance de todos. El metro y otros sistemas urbanos de desplazamiento de població n mejoran la accesibilidad de las vías urbanas y reducen la contaminación asociada al trá fico de automó viles en las ciudades.
Los recortes presupuestarios que se han generalizado en numerosos países en los ú ltimos años tambié n han afectado a los sistemas de transporte pú blico. El personal dedicado al manteni- miento preventivo y la renovació n de vías, señales y material mó vil son los primeros perjudicados. A menudo, las autoridades competentes en materia de control no está n dispuestas o no son capaces de aplicar sus propios procedimientos de regulació n en un sistema de transporte rá pido sin subvenciones pú blicas. En tales circunstan- cias, es inevitable que un accidente que tenga como resultado una grave pé rdida de vidas humanas en períodos de recorte presupuestario de lugar a una protesta pú blica en demanda de mejoras de la seguridad.
Aunque es cierto que existe una gran variedad de diseños, construcción y antigüedad de las instalaciones físicas de los sistemas de transporte rá pido de Canadá , Estados Unidos y otros países, es necesario llevar a cabo ciertas operaciones de mantenimiento normalizadas para mantener en funcionamiento las vías, las estruc- turas de superficie y subterrá neas, las estaciones de pasajeros y otros servicios afines en las condiciones de mayor seguridad posible.

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